Ezequiel Tinajero Fuentes
Redactado: junio, 2009.
Actualizado: noviembre, 2009.
Publicado: enero, 2010.
El fenómeno de la globalización y la inserción de la tecnología, caso concreto Internet y las computadoras; han hecho que las fronteras y las distancias se estrechen. Pero también ha atraído problemas. Uno de ellos incide en la inclusión justa de toda la población. Justicia que además de equidad en el acceso a ellas, implica también el respeto y conservación de la diversidad cultural, lo que en palabras de la Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural, en su artículo primero significa un:
«…fenómeno positivo y un factor de enriquecimiento y desarrollo para la sociedad, que surge de la conjugación de un amplio espectro de visiones del mundo, explicaciones, ideologías y manifestaciones de creatividad, que ofrecen a los ciudadanos variados modos de vida, individuales y colectivos y múltiples vías de evolución y desarrollo. La diversidad cultural es fuente de intercambios, innovación y de creatividad, tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones futuras»
En la RIA, somos conscientes de ello. Por tal motivo nuestra oferta y servicios, parten de las mismas demandas y necesidades de nuestros socios. Queremos y nos empeñamos en ello, que en nuestra comunidad sea donde se gesten y gestionen las nuevas propuestas de aprendizaje. Cuanto más participen y se apropien de la RIA y sus centros, el proyecto será mucho más consistente, coherente y con mayores expectativas a lo largo del tiempo.
El reto entonces consiste en transformar los centros con la permanente y creciente participación de los socios de cada RIA, de espacios públicos formales, a espacios propios. Es decir, el concepto clave es la «apropiación». La cual cobra sentido en la medida que cada uno dé respuesta a los intereses y necesidades de la localidad.
Respuesta que pretendemos sea canalizada a través del aprendizaje como motor del desarrollo, de acuerdo con los estándares propios de cada entidad para favorecer bienestar.
Así, es preciso señalar nuevamente que si bien la RIA pretende acercar Internet y las computadoras a sectores de la población donde el acceso era muy limitado; más que un espacio con máquinas; la RIA aspira a vincularse con la comunidad y su diversidad lo más pronto posible. En ella hay cabida para aprender a usar la computadora, pero también para ver cine, o para efectuar reuniones, asambleas y juntas de las instituciones aledañas, desarrollar capacitaciones para el trabajo adaptadas a diferentes contextos, instituciones u organismos, reunir a la familia alrededor del pretexto que es la tecnología y la capacidad de que cada miembro la use bajo sus particulares intereses de forma simultánea, etcétera.
Todas estas posibilidades, pueden y se circunscriben ya en el respeto, promoción y difusión de los diferentes modos de vida que podemos encontrar en Ecatepec, Naucalpan, Toluca o Chimalhuacán; municipios todos del Estado de México, con condiciones urbanas aparentemente similares, pero pese a tal generalización, diversos por su gente.
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